miércoles, 16 de diciembre de 2009

Pensamientos del futuro III: la tormenta ya llegó


Los días pasan y con ellos se va la angustia del año que termina. Cada nuevo año, como la esperanza lo fue para Calaf en Turandot, renace y con ella las tormentas que un día azolaron la tierra, ya dejan de mover nuestros cabellos, siendo remplazadas por brisas que acarician la cara y nos demuestran que la naturaleza puede ser benigna también con nosotros, su hijos.




Así, cuando mis pensares se mueven hacia el futuro, nuevamente prevén una tormenta de aquellas que no dejan títere parado. De aquellas que denostan el mal estado en que nuestra democracia parece encontrarse.

¿Amerita la paz la social, un encuentro entre dos males? Creo que los males sólo pueden repelerse a sí mismos. Decir: no hay mal que por bien no venga, me provoca más angustia. Y de la angustia vuelo a desasosiego, con la evidente clonación de personajes que quieren hacernos pensar que nuestra felicidad y plenitud es una justa retribución para nuestra entrega de aquella parte de libertad que forma nuestra humanidad social.

Tal lejos y tan cerca de la verdad parece el planteamiento que su insesante golpeteo en la sien, termina por provocar una endidura por donde nuestra masa cerebral desaparezca.

¿Quién puede creer en este siglo semejante falacia? El 44,05% de los chilenos.
¿Quién cree en el viejito pascuero? El 44,05% de los chilenos.

¡Para niños, está bien!
¿Para adultos? Mejor ser niños: ignorantes amorosos, poseedores de todo el don de la actividad, aquella que en nuestro cuerpo hoy parece ausente.

Si el angel de la muerte pasara hoy por Chile, vería que hay muchos cadáveres que recoger y que muchos de ellos han decidido ser zombies o simples espectadores de los acontecimientos de su propia vida.

Hay quienes dicen que no votan, porque no hay por quién votar. Y quizás tengan razón.

Hay otrosque dicen que no votan, porque no hay por qué votar. ¡A esos hay que relegarlos a las tareas que hacía los epsilon de Huxley!

Un sistema que se precia de democrático, no puede verse favorecido por el voto sin sentido del que sufraga por el parecido del candidato a su actor de cine favorito, como si la realidad no fuera lo suficientemente concreta como para amar a nuestra propia imagen. Parece una locura que se vote de esa manera tal pueril.

Animada como sea la votación, no puedo pensar en que mi voto moverá la montaña, sino que será el voto del vecino, del amigo, del jefe, del amor de mi vida, de mis amigos, etc., aquellos necesarios para erigir el monumento del cambio verdadero.

Es más honesto aceptar que se estaba equivocado.
Es más honorable, quedarse en la batalla que salir muerto o mal herido.
Es más honesto renunciar a todas tus posesiones, porque después tendrá más, ciegas o no.
Es más honorable, incluso, parecer un insensato, cuyo voto independiente vaya al tacho de la basura, porque no puede ser peor que el sufragio acomodado que hace peligrar la estabilidad de los consensos.

Por ello, nuevamente me pregunto al final: ¿amerita la paz social, el encuentro entre dos males?
Prefiero responder que los desencuentros merecen un espacio de reflexión democrática, lo cual no quiere decir, bajo ningún aspecto, que mi respuesta es...
Santián


miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pensamientos del futuro II: la tormenta se avecina

Cada vez que veo TV me convenzo más de que somos creaturas moldeables y manipulables. La radio tampoco deja de sonar y los políticos que desean sentarse en el sillón del presidente, mueren por minutos de ratting. ¡Qué locura se desata en tiempos de elecciones!
Si apenas ayer vitoreamos a la reina, hoy la despedimos después de estos pocos años de gloria.

¿Y si la política es la lucha actual por el poder? ¿Cómo nos daremos cuenta del fin que algunos desean encontrar en las palabras de aquellos que se dicen dignos de ascender o de ser asuntados?

El sillón les espera, sí, pero sobre su sien se cierne el filoso recuerdo de la espada sobre la cabeza del rey, pues Damocles, sólo mira y sonrie. El rey, dirá, no se la puede.

De todos los candidatos, lamentablemente, no se hace uno.
Aquel señala con desdén a quienes desean el poder desde hace tiempo. Éste lleva su propio micrófono para dar sus discursos llenos de sinónimos y palabras vacías, sin sentido.
El otro... bueno... el otro es un completo idiota. Pero un idiota de nuestros tiempos. Un observador y retenedor de imágenes pop como aquellas de la cultura bit y de Andy Warhol.
Llama la atención que la imbecilidad se apodere de las mentes de quienes son candidatos.

Pero hay otros, más atrás. Como el indio. No logran avanzar. Se estancan y, como se dice en la jerga, se bajan. Como si bajarse representare un acto de valentía y de sana lucha.

Claro que no, pues. La lucha es siempre sangrienta. La mirada es loca y la sed de muerte yace en nuestras almas. El pueblo quiere sangre y como en el Coliseo, la tendrá.
Luego, el emperador alzará su mano e inclinando su dedo hacia arriba, dará la señal para que ese gladiador vencido muera.

La arena politica se pone interesante, postulan algunos. Mas, la salvaje emoción nos demuestra una vez más que el hombre es un animal que pelea por lo que quiere en el día a día.

Es un verdadero obrero de la hipocrecía, pero un obrero al fin.
¿Puede alguien negar el talento de estos singulares personajes?

Así transcurre Chile, un pais ordenado deonticamente, al cual preferimos ver interesado en la vida futura más que en la vida presente. Que añora sus años de grandeza en que construía su libertad a base de una ensangrentada consigna belicosa.

Es tiempo de escuchar las botas sobre el pavimento. ¡Momento! ¿Acaso ya es tiempo de cambiar? Espero que no. Espero que sí. No sé. Tal vez sea sólo el saber que en nuestra Historia patria, jamás ha pasado más de 40 años sin una revuelta.
¿Habremos crecido? ¿Seremos más maduros?
Quizás sea la sensación de que nadie representa mis valores. Que son mis puntos de vista los que me hacen perder el horizonte y no votar.
Quizás sean estas trancas de la Historia que no me hacen confiar en el futuro.
Que la espera de aquella revuelta se materialice en un mejor entendimiento entre quienes componen este pais. Una nación beligerante, pero tranquila. Con una suerte que sólo Bachelet puede explicar.
Aquella fortuna es y será el sino y el camino que debemos o queremos seguir, ya que como se sabe, el deber ser jamás sigue al ser. ¿Para qué desgastarse entonces? Buena pregunta.
Mala respuesta.
Lo cierto es que se avecina una tormenta y depende sólo de nosotros detenerla. ¿Seremos capaces llegado el momento? Hasta el momento... (¿reformas?)...
Parece que no.
Que la Historia nada nos ha enseñado y que seguimos cometiendo los mismos y antiguos errores: creernos superiores... pero en estupidez.

jueves, 28 de mayo de 2009

Mientras dormía... Adiós al poeta






Mientras dormía...
Me quedé mirando el firmamento de mi razo cielo
Mientras dormía...
Me quedé en el ideal de los sueños quebrados

Recordé en ese instante que en la vida no hay destinos ni cabildos.
No hay destinos porque sólo funcionamos.
No hay cabildos porque gritamos y nadie escuchada nuestros gritos.
Recordé que las mujeres siempre saben decorar pero también sufrir.
Decorar, porque sus casas de grande se parecen a su casas de niña.
Sufrir, porque la casas se derrumban y no vuelven a vivir.

Mientras dormía...
Me quedé mirando los espacios en mi cielo
Mientras dormía...
Me quedé con la idea de mis sueños espúreos

Y recorde que el vino calma todos los sentidos.
Los sentidos, porque la vida misma es un sin sentido.
Porque la noche misma se ha adueñado del perfume de tu cuerpo.
Y recordé qué inquieta te movías por la pieza.
Inquieta, sí...
Porque los amantes venideros te dirán que no eres libre,
que me perteneces, aunque tu no quieras, diosa...

Mientras dormía...
Me quedé mirando la hermosura de tus ojos
Mientras dormía...
Me quedé pegado en los sueños de tu alma

Recordé incluso que no te recordaba.
Y lo olvidé, porque tal vez no te conocía.
Porque tal vez en las vidas pasadas se perdió eso que nos unía.

Y mientras más dormía...
Me daba cuenta que tu también marchabas
Y mientras dormías...
No tuve otro remedio que despertar.
(Adios al poeta... Adios a las mujeres y al vino...
Salud al artista y buen viaje...)
Santián

viernes, 13 de marzo de 2009

Pensamientos del futuro I










Hoy que el país se debate entre buenos y malos, blancos y negros, pienso en lo que sucederá en un año más cuando tratemos de elegir a alguien que realmente entienda nuestras esperanzas y sueños.




Las esperanzas de que algo cambie en beneficio de todos nosotros y no de sus propias y egoistas pasiones.




Recuerdo que hace algún tiempo, cuando se debatía en el Congreso la Reforma Procesal Penal, que la pregunta del senador era: "¿me afecta en algo si apruebo o no este artículo?".




La esperanza, aquello por lo que Calaf estuvo dispuesto a morir, tiene un componente socio político de implicancias astronómicas.




Cuando Obama ganó la presidencia de los Estados Unidos, agradeció a todas las personas que en él confiaron, pero lo cierto es que acertó a fundar su campaña en otra cosa: la esperanza.




De hecho, su libro hace una defensa de ella en términos tales que el que lo lee adquiere la idea de que es posible vivir en función de ella.




Yo creo que la esperanza hace bien para el alma de los seres humanos. También pienso que puede hacer mal. Lo cierto es que tal vez sea fuente de vida y también de muerte.




Marcuse, desde la mirada del tánatos nos introduce en un aspecto que revela la esencia misma del hombre en cuanto ser: su irredimible tendencia a la "no vida".




Somos eros y también somos tánatos. Deseamos lo uno y lo otro. Eros es deseo puro. Tánatos es connatural al deseo. ¿Será que la vida se nos plantea equívoca en sus deseos?




Como animales superiores, pero animales al fin, deseamos y queremos aquello que no tenemos. En ese sentido se dice que amamos, porque se ama aquello que no se posee.




Pero, ¿qué anima entonces al hombre si es deseo? ¿La esperanza?




Pienso que la esperanza nos mantiene vivos. Mantiene nuestros reflejos listos para actuar. Atentos a lo que va a ocurrir.




Sin embargo, ¿qué es la esperanza, que tiene ese poder?




La esperanza es futuro y como tal carece de materialidad, pues se trata de un hoy que no ha sido aún. Por eso el miedo ejerce tanta fuerza sobre nosotros. El miedo no es más que una proyección de la mente hacia el futuro.




Tememos morir, por ejemplo, porque no sabemos lo que hay después de la muerte.




Para quienes nos declaramos agnósticos, existen ideas que no vale la pena analizar. Pensar en aquello que no tiene una explicación o si la tiene, posee tantos puntos de vista y teorías, que no tiene sentido pensar siquiera en ello. Es pérdida de tiempo y de energía.




Ahora bien, si la esperanza es la añoranza de algo que no existe y el sujeto que "espera" desea que eso se haga realidad y sea tangible, ¿por qué se mantiene, o vuelve a nacer una y otra vez?




Uno de los enigmas que Turandot le señala a Calaf tiene por respuesta precisamente a la esperanza, la que según la princesa de hielo muere cada noche, pero renace con cada rayo de sol.




Imagínemos por un momento que se tiene el poder de convencer en mérito de algo que no existe.




Eso es lo que hizo Obama y que lo tiene en la cima del mundo.




Nuestro país no puede caer en la idealización mediática de un sujeto que cumpla con cualidades sobrenaturales, v. gr. que sea vegetariano, que no beba alcohol o que no haya fumado nunca marigüana, porque ese sujeto es falso, no existe como persona más que en el discurso lógico de una propuesta basada en algo que no existe.




La oratoria -magia llamada por los eruditos- no consiste en otra cosa que lograr que el que habla de sí mismo sea interpretado como aquel que cumple con el molde que el escucha quisiera o anhelare tener.




Por ejemplo. "¡Conciudadanos, chilenos todos, quiero hablarles de los problemas de la gente!".




No es menor preguntarse: ¿Y quién es la gente?




¿Somos todos o es sólo el que habla?




No olvidemos que todas las grandes teorías parten de un mismo y singular hecho: la observación. De esa forma, si el que habla, previamente observó aquello que aqueja a las personas, es menester concluir que sus palabras tendrán eco en las conciencias de quienes escuchan.




Así lo hacen los políticos, pero también los curas y todos quienes deseen convencer con el discurso vacío de las palabras.




lunes, 9 de marzo de 2009

Plegaria para un cuervo






Quizás the raven sea el poema más conocido de Poe, pero esta plegaria no es por él.



Quizás las olas del océano de complejas historias y opiniones sabias que nacen de la cabeza del gran Cuervo López carescan de la parcialidad necesaria que sólo imprimen los anhelos del espectáculo nunca antes visto.



Espera Cuervo tranquilo que los amigos de armas y desarmas darán su beneplácito a tu vuelta triunfal. Para que el más terco de los próceres proclame a tu vuelta victoriosa el tan anhelado sic transit gloriae mundi! Y el sudor de la lucha divina por el dominio del espacio virtual termine por convencer a quienes viven confutatis maledictis flamis acribus adictis...



Naced de nuevo y esperad que la vida os corone con más vida.



Que esta plegaria de luz y sombra acompañe tus días y tus noches, esperando que el amanecer de un día más, te haga descubrir lo importante que has sido y que eres para muchos de nosotros. Hoy, cuando den las 12 de la noche, aquellos pletóricos de tanta compasión que hemos seguido tus pasos sin perder el hilo conductor del espacio, veneraremos tu nombre y junto a las hadas de la perdición por no creer en Él, sucumban y palidezcan ante tremendo espectáculo: ¡El cuervo ha resucitado de entre los vivos!



Pero no estés triste, porque la vida te espera y si no, la muerte acechará aquellos rincones del alma, eliminando los vestigios crueles del incesante palpitar de sensaciones y de emociones que nos hace cada día evitar y querer, al mismo tiempo, ese eterno descanso.



¿O acaso serán las horas interminables que embellecen tu recuerdo, aquellas inhumanas creaturas que desean tu vuelta?



Vuelve a nosotros, como cada día lunes en que nos dices qué hacer y despierta a los brazos de la sirena que despertó mis instintos para seguir luchando cada minuto, cada centímetro.
¡He dicho...!



miércoles, 21 de enero de 2009

Es sólo lo que me haces sentir...




¡Mira lo que ha traido el mar en su oleaje!



¡Claro que ha sido retórica! Asesino de las letras, sí, mas no de mujeres tan libres de sí mismas.



Adorable sirena de mares bañados por la espuma silente de madejados ires y venires.



Te imagino caminando luego de salida del mar y entre lentos movimientos veo que vienes hacia mí, un delfín hambriento y moribundo que yace fuera de su elemento.



Te espera, y sin embargo tus pasos no son más rápidos.



El crepúsculo de la vida parece nacer y morir en tus manos, oh, Sirena...



La blanca arena de mis sueños enfrenta a un mar enfurecido que ha dado paso a tu silueta.



Tu paso lento ha escondido esa brabura y espera para darte la bienvenida.



Ya no vives en mis sueños y te apareces tan real como puede una imagen ser.



La melancolía ahora me consume y me lleva de la mano de las tinieblas más allá de los pilares de Hércules. Más allá del barquero que espera día a día a quienes tienen que viajar.



Y las musas cantan esa melodía encantadora de Gliere, que parece reconocer el ser magnífico y palpitante que hay en tí.



El canto de una sirena parece expresarse tan bien en ella, que me basta con escucharla para seguir imaginando tu cuerpo acercándose de tantas y hermosas maneras.



¡Ven, que quiero contarte un secreto! Y cuando estés cerca, muy cerca, voltear mi cabeza y besar esos labios sorprendidos para robarte un beso... ¡Oh, misericordia!



Pero, sí, y no lamento nada de ello porque me has despertado y comienzo de nuevo a caminar por los lares lejanos de un paraíso perdido en las llanuras y estepas que dan paso a la aventura del placer y la pasión.



Ese es mi mensaje Sirena, el que en una botella navega y navega, sin saber de puertos ni de islas perdidas en medio del océano de tus ojos que apenas logro encontrar, en el mar de ilusiones y palabras que nacen de tu pluma.

martes, 20 de enero de 2009

Cálida Sirena






Casi al morir enero, se inunda la penumbra de mi pesar y descubre el inmenso mar que cubre las costas del perenne cabalgar del husar sin igual que cruza las almerías y el ahazar de los limoneros de Valencia al pasar.



Nauceabunda y elocuente, nace allí para hacer vibrar mis más íntimos sentires, mis más pulcros arlequines y de paso enervar cualquier intento de preservar esa esencia de sabores y olores que me inundan de sensual virilidad.



¡Ah! ¿Cómo expresar mejor ese sentir que me atormenta mientras escucho lejano el adagio del Spartacus de Khachaturian, entre tenues sonidos de violoncellos que marcan una atmósfera pletórica de lujuria terrenal?



¡Quisiera ser y no ser! ¡Quisiera sentir tus manos en mi cuerpo! Quisiera...



Me gusta ver como me ves sin verme.



Me gusta sentir como me sientes sin sentirme.



Me gusta conocerte a través de las palabras que susurras en mi oído.



¡Oh, Sirena!



Has despertado el ímpetu de mi juventud.



Has despertado mis instintos asesinos.



Has dejado que crezca en mí aquella sensación de insaciable virilidad, aquella magia de la que soy custodio, de aquella lúgubre estancia de mil y un desiertos, de aquella ilusión permanente en mí de satisfacer con distintas féminas, el ardor que siente mi sexualidad cuando sabe de tí.



Ardiente pasión desenfrenada: ¡eso me produce tu cercanía! El solo ver tu cuerpo acercarse me hiere y me deja anhelando tu cuerpo.



¡Oh, Sirena!



¡Al fin has desnudado mi alma incansable de lujuria y pasión!



Ahora, deja que abra tus encantos y beba de tu dulce nectar, pues me has despertado y con un enorme apetito de tí.