martes, 29 de julio de 2008


He aquí algunos pequeños poemas de amor de mi pequeño librillo de poemas intitulado "pequeños poemas de amor", sin ir más lejos...


Uno
¿Y cómo estás?
Es tarde en la ciudad y el silencio de la noche se cierne sobre el inclemente sosiego de las olas de arena q soplan sobre ella.
Y tú estás en la ciudad...
Y yo estoy en la ciudad...
¡Valga la pena encontrarte en algún rincón del corazón!

En un soplido de esperanza y de pasión reprimida
te encuentro en mis sueños...

Te veo en los senderos de un paraíso terrenal.
¡Y ay de mí!

El pálpito del corazón se mezcla con el olor nauseabundo del deseo.
Sí "amiga" estoy contigo y estás en mí cada día,
en cada instante, en cada momento, en cada parada que hago en la vida,
en cada insinuación desvestida, en cada ruego y en cada lamento.

Vuelve la noche y tu cara se enciende con la luz de la luna mediana.
¿Acaso será que mi corazón te quiere amar?

DOS
Cierro mis ojos e imagino el mar.
Cierro mis ojos e imagino las montañas.
Cierro mis ojos y puedo sentir tu aroma.
Cierro mis ojos y puedo escuchar tu voz.

Cierro mis ojos y puedo verte caminar.
Cierro mis ojos y por un instante percibo el olor de la lluvia caer.
Cierro mis ojos y el sonido de tu voz se me aparece.

¡Abro los ojos y estás tú!
¿Cómo podría cerrarlos de nuevo?

TRES
Ojos tristes de mirada perdida... a veces.
Ojos tiernos de inquietante silencio... a veces.
Ojos bellos de soledad impenetrable... más veces.
¿Qué de tus ojos no se atreven a ver en los míos?
¿Se atreven o no se atreven a mirar?
¿Es cada día un invento del cielo para dejarte de mirar?
¿Es la noche el instante perfecto para tu belleza develar?
No lo sé...
Y no me importa, porque en la profundidad del alma
yace moribunda y enfurecida a la vez
aquella esperanza sufrida
aquella que el día anterior ha muerto,
aquella que el día de hoy despierta,
para decirte que está ahí,
que muere por tí.
Como Teresa en el mundo inmaculado del derrotero de europa,
yace y sólo vive en el corazón de los descorazonados,
en el húmedo invierno de un mundo ignorado.
Quisiera verte en la penumbra,
porque sólo así desnudarías tu alma,
ese valle profundo que no desea morir.

viernes, 18 de julio de 2008

Mis amigas me han convencido sin decir nada


Mis amigas tienen blogs, ¿por qué yo no?
Quiero pensar que mis pasares por territorios ignotos tienen algo de aventura. ¿Ven lo que cargo en mi mano?
No sé qué pueden tener esos pasares, son simples pasares.
Es viernes y escucho a Paganini y sus 24 caprichos. Rachmaninoff orquestó el número 24 y le quedó hermoso. Tanto así, que una de las partes más hermosas es la melodía al revés del capricho. ¡Madness!
Alguien dijo una vez que esas piezas tienen algo del hombre que las compuso.
Pero los caprichos son artículos femeninos, ¿por qué alguien que no fuere mujer podría decirlo?
¿Acaso las alocadas melodías suenan como el eco de una personalidad que no quiso extinguirse?
¿Acaso esas armonías rebuscadas que buscan aquello que no se puede buscar en su época, le marcan a morir?
¿Busca algo acaso? ¿Buscará algo que no sea la inmortalidad? Pasar más allá de la muerte...
Unamuno así lo decía.
¡Qué puedo decir de los conciertos para violín! Son una maravilla...

Je mere de ne puvoir morir


Quizás el grito deseperado de mi musa fue aquel del que jamás pudo escapar: no quererse a sí misma...
"¡Me muero! Al decirlo no experimento emoción alguna, por el contrario, me inclino curiosamente a contemplar el hecho como si se tratase de un desconocido.Si tuviera la capacidad de estudiar el fenómeno, podría asegurar que es mi conciencia la que ha desaparecido debilitando mis sensaciones corporales, hasta hacerme creer que el cuerpo sólo vive por recuerdo.No hay médico en el mundo que diagnostique mi mal; histeria, dicen unos, otros hiperestesia. Palabras, palabras, ellas abundan en la ciencia.Al escribir estas páginas una fuerza sobrenatural me ordena que imprima en ellas un nombre. ¡No, no lo diré, me da miedo!Cuando aparece este nombre en mi círculo nebulosos, se levantan mis manos con lentitud profética y fulguran bajo la noche con estremecimientos sagrados.¿Me muero estando ya muerta, o será mi vida muerte eterna...?" Madrid